El Dilophosaurus es una criatura muy hermosa.

Con su magnífica doble cresta y esa notable marca en la mandíbula, es uno de los depredadores más reconocibles que de la historia. Nunca entenderé a los invitados que dicen que no es "tan genial" así como es. Los adornos y realces no harían más que restarle valor a una criatura tan hermosa, pero letal.

Esas elegantes mandíbulas dentadas pueden dar una poderosa mordida, ¡pero cuidado con esos brazos! Su longitud y movilidad hacen que al Dilophosaurus le resulte muy fácil llevar a su presa directamente a la boca, así que, si los dientes no le alcanzan, ¡quizá sus brazos sí!

Algunos paleontólogos creen que las garras y la forma de sus mandíbulas eran idóneas para cazar peces; otros sostienen que su estructura era más apta para presas terrestres. En mi experiencia, la distinción entre mar y tierra no importa. Comen cualquier cosa que puedan atrapar.